domingo, 30 de junio de 2013

Capítulo 3

Vaya... Debería de haber creído a mi hermana, soy una estúpida. Aunque haberle creído tampoco hubiese sido de utilidad, los terremotos no los podemos parar nosotras. Es uno de los terremotos mas horribles que he podido ver en toda mi vida ¿Sería este el fin para todos? Pues no.

( 7:58 A.M )

Oí un gran estruendo. Aquel estruendo era el terremoto. Era tan fuerte que podría hasta romperte los tímpanos. Yo estaba con los oídos tapados aunque no servía de nada. Miré a mi hermana y se me cayó una lágrima. Ella también estaba sufriendo con todo lo que estaba pasando en este mismo momento.

- Hikari... Creo que es el fin. Todos desapareceremos... - dijo Sayaka llorando
- No digas eso por favor... Confía en el Todopoderoso que nos salvará de esto

Pero no fue así. En cambio, se oyó un estruendo aun mayor y las dos caímos hacia abajo disparadas por el temblor. También se nos cayeron las alas y el halo. ¿Seria de verdad este nuestro fin como dijo Sayaka?

Tampoco. En cambio, caímos las dos empicado hacia la cascada y salpicamos a todos los de alrededor. Unos chicos se acercaron a nosotras y nos ofrecieron su ayuda. Eran bastante guapos...

- ¿Que os ha pasado? ¿Cómo habéis caído? - Nos preguntó uno de los chicos - Mi nombre es Naruto. Naruto Sato
- Encantada, mi nombre es Sayaka - respondió Sayaka. Vi como se sonrojó, creo que le atraía aquel chico
- Bonito nombre, Sayaka - le dijo Naruto estirándole la mano para que ella se levantase. Sayaka aún se puso mas roja.
- Yo me llamo Ikki ¿Y tú? - me preguntó el otro chico. También era bastante guapo... Pero no me voy a enamorar de él así como así solo de haberle conocido
- Me llamo Hikari. Encantada 
- ¿Quereis quedaros en nuestra casa por unos días? - dijo Naruto

Sayaka me miró y en su mirada ví un gran ''sí''

- Vale, pero espero que no os moleste - respondí
- Ni mucho menos. Será un honor tener a 2 chicas como vosotras en nuestra casa - dijo Ikki. Parecía que buscaba lío o algo 
- ¿Que estas insinuando? - refunfuñó Sayaka
- Jajaja, nada, nada.

Y todos nos fuimos a una casita muy humilde que había al lado de un pozo. Naruto y Sayaka se miraban mucho a los ojos. Estos dos se han enamorado a primera vista o algo. Y de repente, Ikki se empezó a pegar a mí, pero yo no me iba a apartar ya que me ofrece quedarme en su casa... Además, creo que siento un poco de envidia por Sayaka y Naruto, así que yo tambien me pegué a Ikki para no quedarme atrás.

2 Capítulo

Hola soy Sayaka Tenshi, y soy uno de esos ángeles que cuidan Mortales, con mi hermana Hikari, me toca la misión cuidar a la gente de un pequeño pueblo, nosotras no sabemos como se llama entones le llamamos Pueblo de Los Mortales (sí lo sé es un nombre muy sencillo)  yo estoy un poco harta de ser un ángel, quiero dialogar con Mortales pero no puedo, para los Mortales no existimos. Pero mi misión es cuidarlos, aunque no nos crean.

(10:50 A.M)


Me desperté y mi hermana también.


- Uaaaaaah.... Que sueño... - Dijo ella.

- Ya ves... - Dije yo  - esta vez vas tú primero a vigilar a los mortales, que yo tengo muchísimo mas sueño que tú.
- Y una leche - Ella se cabrea con mucha facilidad. Pero siempre acabamos soluciándolo.-Vamos las 2 juntas, que yo sola no quiero ir.
- Vale... Aunque seamos gemelas, siempre me has parecido mas pequeña que yo.- Y empecé a reír.
- Vuelve a decir eso, y vas a acabar colgada de un árbol.- Y me lanzó una mirada asesina, no daba tanto miedo.
- Hahaha, no te enfades chiquilla... Que somos hermanas - Y siempre es lo mismo.

Luego las dos nos levantamos y salimos de nuestra habitación volando, y fuimos al gran comedor, la gra mayoría estaba ya allí. Preparamos nuestro desayuno, yo no sé porque tenemos que desayunar, al fin y a cabo nosotros nos alimentamos de la luz del Sol.


- ¿Vamos ya hacia el Pueblo de los Mortales?-Me preguntó mi hermana, a ella le encanta ver a los mortales, y a mí también pero tenía un mal presentimiento.

- Bien, pero hoy está el día un poco raro. Tengo un mal presentimiento.- Le dije pero como muchas veces no me hizo caso.

(Pueblo de Los Mortales)


Estuvimos en una gran cascada, la gran mayoría de los Mortales estaban allí, hacía mucho calor. Y nosotrar fuimos a verles por si no había ningún problema. Y sí, había un gran problema


-¡Sayaka! ¡Mira la cascada! ¡Alguien se va a tirar por ahí! - Me dijo mi hermana, me fijé en la cascada y vi que un niño se iba a tirar por allí ¿Es tonto o que le pasa?

- ¡Voy! - Volé y fui hacia el niño, le cogí de la mano y le llevé hacia la orilla.

Por los pelos, que si hubiese fallado el Todopoderoso se hubiera cabreado y me castigaría, y eso que es muuuuuuy severo. Por eso a todos los ángeles nos da miedo. Encima del niño apareció un brillo, nuestro premio, lo cogí y se lo di a Hikari y fuimos hacia nuestro sitio.


Cuando terminamos hubo un gran estruendo. Miré a mi hermana y me dijo.


-Tenías razón.


Lo que era es un gran terremoto.




Capítulo 1

Otro día más... Aquí solo pasan los días y siempre es la misma historia: Levantarse, salir a visitar a la gente y luego ir al Reino de los Mortales a vigilar. ¿Es lo único que se puede hacer en este mundo? Aunque este no es un mundo normal, no. Este es un mundo de ángeles. Todos somos inmortales. No hay adrenalina, ni acción. No hay nada de lo que suelan hacer los mortales. Somos ángeles de corazón puro. No decimos mentiras y siempre somos muy buena gente... Pero ya me cansé un poco, habrá que aguantarse. Vivo con mi hermana Sayaka; somos gemelas. Por cierto, me presento. Soy Hikari Tenshi. Yo no tengo edad, soy un ángel y soy inmortal evidentemente. Yo y mi hermana somos las ángeles de la guarda de un pequeño pueblo.

(10:50 A.M. )

- Uaaaaaah.... Que sueño... - dije yo estirándome
- Ya ves... - dijo mi hermana Sayaka - esta vez vas tú primero a vigilar a los mortales, que yo tengo muchísimo mas sueño que tú
- Y una leche - le respondí. Se que los celestiales no deberíamos responder así, pero las hermanas se suelen pelear sean mortales o inmortales. Es como una ley de hermanas - Vamos las 2 juntas, que yo sola no quiero ir.
- Vale... Aunque seamos gemelas, siempre me has parecido mas pequeña que yo - me respondió Sayaka.
- Vuelve a decir eso, y vas a acabar colgada de un árbol
- Hahaha, no te enfades chiquilla... Que somos hermanas - respondió Sayaka

Las dos estiramos un pocos las alas y salimos disparadas hacia el gran comedor a desayunar. En aquel comedor nos reunimos todos para desayunar juntos y contarnos cosas o reflexionar. Es como si fuera un comedor de la Iglesia.

- ¿Vamos ya hacia el Pueblo de los Mortales? - le pregunté a Sayaka
- Bien, pero hoy está el día un poco raro. Tengo un mal presentimiento - respondió. A veces, ella cree que suele tener visiones o algo por el estilo. Puede resultar algo un tanto raro.

(Pueblo de Los Mortales)

- ¡Sayaka! ¡Mira la cascada! ¡Alguien se va a tirar por ahí! - le grité yo. Solo nos pueden oír los Inmortales. Los Mortales no tienen el poder de oírnos
- ¡Voy! - dijo Sayaka. Salió disparada hacia la cascada. Menos mal que consiguió detener al Mortal, que entonces el Todopoderoso nos habría castigado por incumplir los deberes como ángel. El Todopoderoso es nuestro Dios. Alguien capaz de cambiar el mundo.

Cuando hacemos una buena obra, recibimos una especie de premio. Pero no una galleta de premio como los perros ni nada de eso. Es solo como una especie de brillo que después ofrecemos al Todopoderoso para agradecer este mundo.


Sayaka y yo ya llevamos muchísimas horas vigilando, es lo malo de ser Ángel de la Guarda, todo el rato si hacer nada, solo observar.

- Sayaka mira... algunos mortales son bastante lindos ¿No? - dije yo señalando a algunos Mortales
- Ya... Pero no nos podemos enamorar de ellos, ellos no nos ven... Es absurdo - me respondió Sayaka algo decepcionada
- Bah, da igual - le dije como si no me importase. Los ángeles solo nos podemos enamorar de los ángeles. Pero la mayoría de ángeles son ancianos, y a mí, los ancianos no me atraen, y supongo que a Sayaka tampoco.
- Oye... Aún tengo la corazonada de que va a pasar algo malo... - me dijo Sayaka algo asustada otra vez.
- Déjate ya de tonterías, pesada - le respondí ya algo harta
- De pesada nada, que es cierto lo que te estoy diciendo. Va a pasar algo malo - me dijo enfadada
- Vale, vale, señorita bruja que todo lo predice - le dije riéndome - ¿Vamos ya hacia arriba? No creo que vaya a pasar nada malo como tú dices.
- Vale vale - dijo refunfuñando. Volvimos a estirar las alas y salimos volando hacia las nubes. Aún suena bastante raro eso de salir volando hacia las nubes.

Cuándo llegamos con todos los demás, fuimos arriba del todo a ofrecer la especie de brillo ese al Todopoderoso.

Al cabo de un rato, se oyó un estruendo. Creo que aquel presentimiento de Sayaka se hizo realidad. Lo que ocurrió fue...un terremoto.