domingo, 30 de junio de 2013

2 Capítulo

Hola soy Sayaka Tenshi, y soy uno de esos ángeles que cuidan Mortales, con mi hermana Hikari, me toca la misión cuidar a la gente de un pequeño pueblo, nosotras no sabemos como se llama entones le llamamos Pueblo de Los Mortales (sí lo sé es un nombre muy sencillo)  yo estoy un poco harta de ser un ángel, quiero dialogar con Mortales pero no puedo, para los Mortales no existimos. Pero mi misión es cuidarlos, aunque no nos crean.

(10:50 A.M)


Me desperté y mi hermana también.


- Uaaaaaah.... Que sueño... - Dijo ella.

- Ya ves... - Dije yo  - esta vez vas tú primero a vigilar a los mortales, que yo tengo muchísimo mas sueño que tú.
- Y una leche - Ella se cabrea con mucha facilidad. Pero siempre acabamos soluciándolo.-Vamos las 2 juntas, que yo sola no quiero ir.
- Vale... Aunque seamos gemelas, siempre me has parecido mas pequeña que yo.- Y empecé a reír.
- Vuelve a decir eso, y vas a acabar colgada de un árbol.- Y me lanzó una mirada asesina, no daba tanto miedo.
- Hahaha, no te enfades chiquilla... Que somos hermanas - Y siempre es lo mismo.

Luego las dos nos levantamos y salimos de nuestra habitación volando, y fuimos al gran comedor, la gra mayoría estaba ya allí. Preparamos nuestro desayuno, yo no sé porque tenemos que desayunar, al fin y a cabo nosotros nos alimentamos de la luz del Sol.


- ¿Vamos ya hacia el Pueblo de los Mortales?-Me preguntó mi hermana, a ella le encanta ver a los mortales, y a mí también pero tenía un mal presentimiento.

- Bien, pero hoy está el día un poco raro. Tengo un mal presentimiento.- Le dije pero como muchas veces no me hizo caso.

(Pueblo de Los Mortales)


Estuvimos en una gran cascada, la gran mayoría de los Mortales estaban allí, hacía mucho calor. Y nosotrar fuimos a verles por si no había ningún problema. Y sí, había un gran problema


-¡Sayaka! ¡Mira la cascada! ¡Alguien se va a tirar por ahí! - Me dijo mi hermana, me fijé en la cascada y vi que un niño se iba a tirar por allí ¿Es tonto o que le pasa?

- ¡Voy! - Volé y fui hacia el niño, le cogí de la mano y le llevé hacia la orilla.

Por los pelos, que si hubiese fallado el Todopoderoso se hubiera cabreado y me castigaría, y eso que es muuuuuuy severo. Por eso a todos los ángeles nos da miedo. Encima del niño apareció un brillo, nuestro premio, lo cogí y se lo di a Hikari y fuimos hacia nuestro sitio.


Cuando terminamos hubo un gran estruendo. Miré a mi hermana y me dijo.


-Tenías razón.


Lo que era es un gran terremoto.




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